sembrando

Lágrimas de alegría

Mirando a tu alrededor, ¿Qué es lo que ves?

Mirando dentro de ti, ¿Qué es lo que encuentras?

Tal vez en este momento de tu vida, lo único que puedes ver y sentir es frustración, decepción, tristeza… Has derramado tantas lágrimas que te has cansado hasta de llorar, y no es para menos. Quizás hasta hoy nadie ha podido entender tus luchas y conflictos, quizás no has encontrado ese hombro donde puedes apoyarte y descansar.

Te ha tocado vivir una vida más llena de lágrimas que de sonrisas, y no era esto lo que esperabas para ti, nunca planeaste atravesar este camino lleno de piedras y espinos. Hoy solo ves lágrimas rodar por tus mejillas, lo único que sientes es un profundo vacío que te invade y aunque parezca irónico, estás lleno de ese vacío.

Te ha tocado sembrar llorando, porque tu vida no ha sido un mar de rosas, porque lo que esperabas ser o tener aún no ha llegado a ti. Te ha tocado regar esas semillas que has sembrado con mucho sacrificio con tus propias lágrimas, pero existe una posibilidad, si, UNA POSIBILIDAD, de que tu semilla crezca, se desarrolle y de frutos.

Esta posibilidad existe porque ese es el ciclo de la vida, tal vez hoy tus ojos nublados de tanto llorar no te permiten ver como tu semilla va retoñando, pero sí, está naciendo, creciendo en silencio, desarrollándose con calma. Porque las cosas hermosas se forman en silencio, sin mucho ruido, sin mucho alarde. A veces hasta nos cuesta percibirlas, pero allí están.

Tu semilla está allí, bajo esa tierra donde escogiste sembrarla, y aunque hayas derramado incontables lágrimas, esas lágrimas han servido para regarla, para darle vida, si esa semilla da fruto será gracias a tu esfuerzo, a tu paciencia, tu constancia, tu sacrificio y principalmente a tu Fe…

Esa Fe que has apoyado en las promesas de Dios creyendo que tus ojos las verán cumplirse.

Date una palmadita en el hombro, observa tu tierra, ve con los ojos de la Fe esa semilla que sembraste y regocíjate porque una vez que de fruto y coseches lo sembrado solo te quedara sonreír… Y llorarás nuevamente, pero esta vez tus lágrimas serán de alegría.

Abre los ojos de la Fe y mira más allá de lo que ves a simple vista.

“Los que siembran con lágrimas cosecharán con gritos de alegría. Lloran al ir sembrando sus semillas, pero regresan cantando cuando traen la cosecha.” Salmos 126:5-6 (NTV)

 

¡Dios te bendiga!